domingo, 21 de octubre de 2012

Reto 1






Otro Martes que termina... cansada, con el cuerpo molido de mantener la misma posición durante la larga jornada de una larga semana que justo empieza, con la sensación de cansancio de la jornada anterior que aún mantengo y que puedo agradecer a mi maldito insomnio, que se suma a la jornada de hoy, sabiendo que se sumara un día mas, y otro y otro, y llegará el viernes , viernes que arrastra toda la semana de trabajo e insomnio, viernes que pese a tu dolor de pies y a tus ojos hinchados, debes salir porque hay que mantener la vida social, porque si no te acabas convirtiendo en un despojo, en una especie de infectada a la que nadie llama porque siempre está demasiado cansada como para ir de copas, porque ¿por que esperar al sábado si los viernes también se puede salir? ¿acaso hay algo mejor que enlatarse en un local lleno de humo y  desconocidos  alcoholizados?...pero hoy es Martes, hoy toca enlatarse en un vagón de metro, lleno de rostros desconocidos tan cansados, del trabajo y de la vida, como mi propio rostro.
minutos 43 segundos... siete cuarenta y tres largos minutos que se suman al trayecto que toca hacer de pie, con tus pies hinchados y llenos de heridas ya que las empresas se ponen de acuerdo para liberarnos de nuestra rutina a la misma hora, llenando el metro. Miro a mi alrededor... Ni una sonrisa, solo fantasmas esperando en el andén, no parecen romper  la rutina, tengo la sensación de que son los mismos fantasmas de todos los días, los mismos rostros desconocidos que ya forman parte de mi propia rutina. Cuerpos cansados que se arrastran por mera costumbre, miradas vacías, carentes de vida, tales como la mía, que nos convierten en un grupo de fantasmas desconocidos incapaces de cruzar una sonrisa pese a verse todas las noches. Parece que entre semana se pierde la importancia de sociabilizar...
Tres cuartos de hora enlatada en un vagón lleno de fantasmas desconocidos de mirada vacía, preguntándome en que momento dejé de vivir, por que me rendí y acepté enclaustrarme en un trabajo común en vez de luchar por vivir de aquello que me hacía feliz. Mirando los rostros que me rodean y preguntándome cuales son sus sueños, porque digo yo que en mayor o menor medida, todos esos rostros apagados, tuvieron un sueño,en que momento y por que motivo decidieron abandonarlos, o si quizás alguno logró su sueño, y al convertirlo en rutina, ese sueño se tornó en pesadilla...
Me gusta mirar a la gente, miro sus arrugas e imagino sus vidas con lo que me cuentan los surcos en su piel. Por fin una sonrisa, dos . Una pareja de ancianos, con unas marcadas arrugas en las comisuras de los labios, con unas preciosas patas de gallo, sonríen a la vida, como, en mi cabeza al menos, basándome en lo que sus arrugas me cuentan, han sonreído siempre. Ellos cumplieron su sueño, o quizás cambiaron de sueño al conocerse, convirtiéndose uno en el sueño del otro. Dos jubilados que, liberados de rutinas, pueden sonreír. Quizás sonreían incluso cuando se hallaban sumergidos en la más monótona rutina, porque sabían que al llegar a casa les esperaba una sonrisa.
Una parada mas y a diez minutos del metro hallaré el calor del hogar. Un piso pequeño, frío y vacío. Decidí alquilarlo porque tiene mucha luz durante el día...es una gran ironía que siempre llegue a casa cuando ha oscurecido. Bueno, no siempre, los fines de semana los paso con las persianas bajadas para poder dormir tras tomarme esas pastillas que entre semana no puedo tomar, a pesar de las recomendaciones del médico, ya que cuando las tomo, ni el estallar de una bomba a mi lado me despertaría.
A veces pienso como sería mi vida si tuviese a alguien en ella; llegaría a casa, en lugar de un piso vacío encontraría una sonrisa, quizás prepararíamos la cena juntos en lugar de comerme un yogur y patatas de bolsa tirada en el sofá con la tele como única compañía, conversaríamos y mas tarde, mi cama, no sería una cama vacía.
Una casa vacía, una cama vacía...una vida vacía.
También fantaseo con la idea de como sería mi vida si tuviese perro. Siempre dije que cuando tuviese mi propia casa tendría perro. Llegaría a casa y una adorable bola de pelo correría a darme la bienvenida, saltando y mirándome con cariño. Compartiríamos la cena y nos acurrucaríamos en el sofá a ver la tele.
Al fin tengo piso, pero no tengo energía para cuidar de nadie. No puedo tener perro.
Llego a casa, cojo un yogur de la nevera, me tiro en el sofá y enciendo la tele. La misma mierda de todos los martes. Ni un programa decente. Pero es esto o la soledad que encierra el silencio...
3.45h. ¿Teletienda o la bruja Lola? que gran dilema... En pocas horas tendré que levantarme y ni siquiera me he acostado... Ni hago nada productivo ni siento el mínimo atisbo de sueño... es desesperante.

Bueno, ante todo decir que soy o intento ser actriz, maquilladora, nutricionista... soy o intento ser  muchas cosas, pero ninguna de ellas es escritora. ¿Por que escribo? Sencillamente me gusta. Escribir te da la posibilidad de crear personajes, sentir y pensar como ellos y mi parte de actriz, que tiene un monazo tremendo de sentir como algún personaje, se siente reconfortada haciendo esto.
 Lo que quiero decir con esto es que no se si alguien llegará a leer mis relatos, pero si alguien lo hace, me disculpo de antemano por la falta de nivel que contendrán. Falta que espero compensar un poquito con el amor que pongo en ellos.
 Siempre me gustó escribir. Como vía de escape, esa y el dibujo o la pintura eran mi manera de liberarme de mi rabia, mis frustraciones, mi dolor... De mis pajas mentales en general. Pero de pronto y sin ningún motivo, dejé de hacerlo.
 A veces sentía las ganas pero carecía de la inspiración, de modo que he estado años sin hacer ni uno ni lo otro (salvo un par de excepciones totalmente puntuales) pero ayer, hablando con un amigo (muy creativo por cierto) me retó a escribir una historia a partir de una fotografía que el me mandaría. Recibí un mail en el que ponía "Reto 1" (de ahí el nombre del blog) y contenía una foto.
 Esa foto me creó un sentimiento que a su vez, creó un personaje, y desde la mente del personaje, las palabras empezaron a fluir.
 Ese será el hilo conductor de mi blog. Pediré a la gente que me pase una foto, y escribiré una historia en base a lo que esta me transmita.
 Se que lo mas probable es que mis historias ni siquiera lleguen a perderse en el olvido al carecer, directamente, de lectores que puedan olvidarlas, pero eso no importa porque no se trata de si las leen o no, se trata de un ejercicio personal, que ocupará mi tiempo en algo medianamente útil, y estimulará mi creatividad, evitando que esta muera con el tiempo.